lunes, 13 de junio de 2011

Vértigo


Desde el momento en que llegamos hemos ido subiendo escalones muy despacio, poquito a poquito

Pero claro, tú tienes las piernas más largas, subes más rápido, y era inevitable llegar a este punto. Yo me quiero parar, me dan miedo las alturas (normal después de haber caído tantas veces), pero tú quieres seguir subiendo, quizá hasta lo más alto

Tengo dos opciones: avanzar hasta alcanzarte y llegar juntos a la cima o bajarme, bajar todos los escalones y salir corriendo

No quiero. No puedo hacer ninguna de las dos cosas. Si subimos, el riesgo a caer es cada vez mayor, y si bajamos, lo que se cae es el edificio. En cualquier caso, no puede acabar bien

Y entonces tú me das la tercera opción. Te das la vuelta, te bajas y llegas a mi escalón, me coges la mano y te quedas, conmigo

Quizá así llegue a superar algún día el vértigo. Contigo

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