Relación abierta, relación seria... ¿Por qué tenemos la necesidad de poner etiquetas a nuestras relaciones? ¿Qué pasa, que si no lo hacemos no sabemos a qué atenernos? ¿Estamos perdidos sin ellas? Es cierto que siempre es necesario dejar las cosas claras, pero mientras estén así para ambos, ¿por qué ponerle un nombre? ¿Por qué no, simplemente, disfrutarlo?"Según ciertos científicos, cuando la mujer practica el sexo su cuerpo produce una hormona que provoca que se sienta emocionalmente unida al hombre. Tal vez sea esa misma hormona la que crea las decenas de aterradoras preguntas que nos pasan por la mente, de forma involuntaria, tras un rollo informal. Preguntas como ¿le gustaré de verdad?, ¿volverá a llamarme? o la clásica ¿hacia donde va esta relación?. Porque, en cuestión de hombres, aunque intentemos no tomárnoslos en serio, ¿cómo nos movemos en la oscuridad?"
Carrie Bradshaw, Sexo en Nueva York
¿Cómo sobrevivir a una noche maravillosa al día siguiente? Esas 24 horas cruciales... Aunque tú ni siquiera quieras nada serio, pero quieres repetir. Es como el postre, no te vas a hacer pastelera porque te encante, pero sí querrás repetir y repetir. El problema es que si repites demasiado, acaban apareciendo las caries, y aquí nadie quiere caries.
¿Sabéis esa sensación de cuando te comes un helado, de cucurucho, y al llegar al final, al pico, que está relleno todo de chocolate piensas que es la mejor parte? Lo mejor de todo el helado, sin duda es el final, lo más corto, lo más dulce, lo que mejor saboreamos y lo que más rápido se nos pasa. Igual que el principio de una relación.
Y yo me pregunto dos cosas: primera, ¿no podrían vender finales de helado? Nos ahorraríamos empacharnos con el resto e iríamos directamente a la mejor parte; y segunda, lo mismo con las relaciones, ¿no podríamos quedarnos sólo en el principio? Asentarnos en la fase de la emoción, los nervios, lo nuevo, lo excitante, el momento en el que cualquier caricia, mirada, sonrisa, resulta emocionante, el momento de las angustias continuas provocadas por las "mariposas" del estómago.
Al igual que las mejores series o programas, que saben acabar antes de empezar a decaer, ¿no deberíamos hacer lo mismo con las relaciones?
Sí, deberíamos, deberíamos, deberíamos, seguro que muchos estáis de acuerdo con esto, pero a la hora de la verdad no es la cabeza la que decide sino que nos dejamos llevar por el corazón.
Uno no se compra un helado para comerse el pico y dejar el resto, chorreando por el agujero que has dejado abajo, sería un desastre, como tampoco podemos empezar una relación y dejarla en lo mejor sin esperar que sea un desastre para alguno de los dos, a uno u otro, acabará chorreándole.
¿Y no existirá una fórmula para solucionar esto? ¿No habrá alguna manera de mantener esas sensaciones por más tiempo sin llegar a algo serio? Un punto intermedio entre un lío sin importancia y una relación seria. Yo creo que sí, tiene que existir. Tiene que haber alguna forma de mantener las mariposas a flote sin que acaben convirtiéndose en capullos.
"El engaño, ¿es como el árbol proverbial en el bosque? que no existe si no hay nadie que te sorprenda."
Todos hemos sido sometidos al típico interrogatorio, bien por otros o bien por nosotros mismos, de "¿qué harías en tal situación?" y la respuesta, si no nos hemos visto en dicha situación, siempre es la correcta, lo que se supone que está bien.
Pero, ¿qué pasa cuando te ves metido de lleno en "esa" situación? De repente te das cuenta de que lo que realmente quieres hacer no es lo correcto, o lo que se supone que es correcto. Simplemente quieres dejarte llevar, y dejarse llevar en este caso está mal. ¿O no? ¿Y si lo que tú crees que está mal es sólo porque así te lo han enseñado?
Cualquiera lo vería con malos ojos, y te juzgaría, pero cuando lo ves desde dentro no crees que sea tan terrible, además, tú ni siquiera eres el principal culpable.
Yo, me lavo las manos.
