miércoles, 30 de noviembre de 2011

El incendio

Nunca me había dado miedo jugar con fuego.
Todo el mundo sabe que es muy peligroso, de pequeños no te lo dicen, sólo ves la parte bonita. En la adolescencia sueles llevarte el primer quemazón, pero aún así sigues queriendo tenerlo entre tus manos.
Quemaduras de primer grado, se superan.
De segundo grado, duelen, pero te recuperas.
Hasta que llega el gran incendio. Jamás creí que me fuera a pasar a mí, yo era tan feliz con mi poético fuego que nunca pensé que me quemaría. Pero se extendió, se extendió mucho, destrozó hectáreas y hectáreas y arrasó con todo. Y dolió. Pero pensé que se podía recuperar.
Sabía que los árboles no volverían a crecer pronto, tardaría un tiempo en arreglarse, pero poco a poco, con paciencia, las primeras hojas comenzarían a brotar.
Y hoy lo he visto claro. Desde que ocurrió no se había intentado volver a plantar, y ahora que se ha presentado la opción, me he dado cuenta de la realidad.
Ese incendio se lo llevó todo, se llevó lo que había, lo que podría haber habido y lo que habrá. Es una tierra totalmente muerta. Se puede cambiar, replantar, regar. Nada funcionará.
Y además dejó algo. Dejó miedo, mucho miedo. El bosque no podrá volver a crecer, y aunque pudiera, el terror es tan grande que jamás me atrevería a entrar en él.

martes, 15 de noviembre de 2011

BI-polar

Y ahora estoy entre dos mundo. Entre dos ideas. Entre dos situaciones. Normalmente mi cabeza se queda arriba y mis pies abajo, y de repente aparece una ola que pone mi cabeza boca abajo y deja mis pies arriba. Lo lógico es pensar que el agua acaba ahogándote con rapidez, pero ¿y si es al contrario? ¿Qué pasa con los momentos en los que te cansas de respirar, y todo lo que quieres es hundirte en lo más profundo del océano?
Creo que me toca coger aire.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Delicia, delicia

Siempre que escucho esa canción me acuerdo de ti
El "problema" viene cuando me acuerdo sin escucharla
Sí, problema

martes, 8 de noviembre de 2011

Las cosas cambian. Cambian las personas, las situaciones, los sentimientos y los planes. Todo.
Cuando es la forma de pensar lo que cambia, normalmente es por una buena razón, algún hecho que nos marca y nos hace darnos un ultimátum a nosotros mismos, y decir "basta", para evitar que vuelva a repetirse. Pero igual que cambió hacia un lado, puede volverse hacia el otro. No sabes por cuanto tiempo, cuando pueden cambiar, y menos aún, por quién. Y eso es lo mejor. Quién.